Peña Oroel...

 25 de abril

Yo nací en Jaca. Desde mi casa se veía la mole de la Peña Oroel, imponente y totalmente inalcanzable para mí, que imaginaba a los escaladores con sus cuerdas sudando para llegar donde esa cruz que se veía arriba.

Al volver a España alquilamos un apartamento en Jaca. También con la Peña enfrente, que me sigue pareciendo igual de inaccesible.


Pero bueno, igual hay algún camino, igual se puede subir. Por todas partes recomiendan este paseo, dicen que fácil. Y nos animamos. Aunque el tiempo no está muy bien, parece que la mañana se podrá aprovechar. Chubasqueros, agua y picinic a la mochila, y en marcha.

Dejamos el coche en el aparcamiento junto al Parador de Oroel. son las 10 y media y ya hay paseantes que bajan.

La peña sigue allí, (¿De verdad que este paseo es fácil?)




El camino es fácil. Empinado, pero muy fácil. Bien trazado y mantenido, sube en zigzag entre pinos, abetos y acebos. Alguna breve pausa para recobrar el aliento.


Y salimos del bosque ya casi a la altura del collado. Nos recibe un viento fresquete. Seguimos el camino en suave pendiente hasta la cruz, donde nos esperan estas vistas de las montañas. Hay bastante suerte, las nubes respetan las cimas, aunque no las del Aneto y Monte Perdido


Nos cae alguna gota. Nos ponemos los chubasqueros, picamos unas almendras, contemplamos las vistas.



Las nubes amenazan mucho, así que no nos entretenemos y tomamos el camino de vuelta. Hay dos posibles extensiones del paseo que tienen que estar bien: Bajar a la Virgen de la Cueva (pero no está el tiempo como para provocar) y seguir por la cresta hasta el otro extremo, donde hay restos de neveros.

En la foto se puede apreciar que voy con bastón. Qué gran invento!


La cresta, cubierta de erizón, boj, aliagas...


Con algún ligero contratiempo debido a mi calcetín (me queda grante y se me apelotona en la punta del pie perjudicando un poco a mi dedillo pequeño), cuatro gotas de lluvia y llegamos al aparcamiento. Hay tres grandes autobuses, y sorprendentemente no hay gente ¿dónde se habrán metido?
Nos pedimos una ración de setas y unas cervezas que nos tomamos en la terraza norte, con vistas a las montañas. Incluso sale un poco el sol.


De vuelta a Jaca, cafelito con vistas a la Peña. Vale, acabo de estar arriba, pero me sigue pareciendo enorme.

El sur también existe

Se acabaron nuestros dos años de vacaciones. Hemos vuelto a la cruda realidad, la de un país afeado por una construcción sin mesura ni buen gusto que es la que lo ha llevado a la ruina.

Cuando aprobé las oposiciones mi padre me dio la enhorabuena de una forma que resultaba casi amenazante: Felicidades, hija, ya tienes la vida asegurada. Una vida mediocre, pero asegurada.
Ahora ni siquiera está asegurada, todavía nos tienen dando tumbos y es posible que nuestros gobernantes quieran hacer galletas con nosotros.

Para intentar escapar de todo esto nos queda irnos a paseo. Los Pirineos están muy cerca de donde vivimos, así que intentaremos aprovechar nuestro tiempo libre.

Queda inaugurado el diario de paseos.