Salto de Roldán

19 de mayo de 2013

Aquí al lado hay una peña que hay que subir.

Es la peña de San Miguel. Junto con la peña Amán forman el Salto de Roldán, una puerta a la sierra de Guara, por la que pasa el río Flumen. Se ve muy bien desde la carretera de Zaragoza a Jaca, son las dos peñas que quedan a la derecha al norte de Huesca.

Como resulta evidente con ese nombre, hay leyenda: El bueno de Roldán, huyendo de los moros se encontró sitiado en la peña de Amán, así que emulando a Mahoma, se pegó el gran salto con su caballo, llegando al mallo de al lado, el de San Miguel (y de allí al Pirineo, a seguir forjando leyendas a base de golpe de espada).


Está al ladito de Huesca. Incluso equivocándonos de carretera como nos equivocamos. Vamos dando un pequeño rodeo por Nueno. La carretera se va estrechando, el último trozo casi no da ni para adelantar a un ciclista. Hay un aparcamiento (con turistas holandeses insatalados en su autocaravana) en el collado, desde el que ya hay buenas vistas.

 La Peña San Miguel desde el collado



A lo alto de la peña se llega tras un corto paseo y un par de tramos de "clavijas", osea, escaleras como ésta


En un primer intento subo tres escalones y digo que ni hablar, que suba Ant y que me cuente. Ant sube y me cuenta, que la cima está al lado, que no es para tanto. Y me animo (agarrándome como una lapa)

Realmente, desde arriba las vistas son estupendas.

Al fondo, Huesqueta



La peña de Amán a la izquierda. Por aquí anidan muchos buitres y se les ve volar de cerca.


El embalse de Montearagón al fondo


y el río Flumen abriéndose camino hacia la Hoya


....al norte los Pirineos


Una de las cosas sorprendentes de esta peña a la que, como ya he dicho, se sube por unas escaleras en la pared, es que arriba hay un castillo, o lo que queda de él, aljibes y restos de una iglesia. Y ¿Cómo puñetas subirían las piedras?


Camino de vuelta


 Agarrándome a las escaleras semiparalizada. Ant animando

Desde el aparcamiento sale una pista muy buena hacia la ermita de Ordás, a la que no nos da tiempo a llegar pues ya es tarde, pero en unos diez minutos se llega a un mirador donde se disfruta de esta luz del atardecer. La pista tiene una enorme señal de no circular en la entrada. Pues bien, cuando estamos llegando al mirador llega un coche, se bajan un señor y una niña. El señor mira compulsamente su aifon mientras la niña mira el paisaje, se vuelven a montar en el coche y para abajo ¡!



Bajamos hacia Santa Eulalia, la luz cada vez está más bonita.


Y volvemos a Huesca por el buen camino, que nos lleva directo a un polígono industrial. Pasamos por el huerto. Nuestras plantas siguen vivas, pero no progresan mucho. Los fríos que han vuelto no les hacen ningún bien. Esperaremos.