Puente de Pedruel - Ermita de la Trinidad

30 de junio de 2013

Cerca de nuestro último gran paseo hay una propuesta facilita (osea, sin pendiente). Otra vez el río Alcanadre. En coche hasta el cámping "El Puente", al que se llega tomando un desvío a la izquierda unos kilómetros antes de Rodellar.


El puente  es un puente medieval que está apuntalado en la roca, sobre el Alcanadre, que pasa debajo de él pacíficamente.



Un paseíto tranquilo, por un camino bien trazado aunque no todo lo cerca del río que nos gustaría. Tras dejar el cruce de Pedruel bajamos hacia el cauce y lo cruzamos.


Es el camino que unía Pedruel y Las Almunias, y antiguamente se hacía a través de las Pasaderas, caminos de enormes bloques de piedra que apesar de su tamaño las crecidas del Alcanadre por las tormentas se llevaban por delante y los vecinos tenían que reponer. Me imagino el esfuerzo. Ahora las piedras tienen un encofrado de hormigón que se puede ver a través del agua, y cerca hay un puente para coches, de los que se queda cortado si crece el río.

(¿A que parece el elegido de los dioses?)


El camino discurre ahora por la otra margen, en dirección a la ermita de la Trinidad, sencilla edificación entre viejas carrascas. La ermita pertenece a los pueblos de Pedruel, Las Almunias y San Saturnino. Sus habitantes eran los que se encargaban de mantenerla en buen estado, y se juntaban el primer fin de semana de junio para ir de romería, comer, y organizar un baile que duraba hasta altas horas.


Pequeñas desviaciones del camino llevan al río, con varios sitios buenos para el baño...


...si no estuviese tan helada...



Volvemos tranquilamente, pasamos por Pedruel pueblo que estám reconstruyendo con sensatez, y al llegar al puente vemos que hay reportaje de bodas:






Vamos a Rodellar. Damos una vuelta por el pueblo. Muchos franceses, barranquistas...

Y una puerta con gatera



Una cervecita en un bar que está en la plaza de los Estalentaos. Y de vuelta a casa

San Martín del Alcanadre

23 de junio de 2013




Hoy para variar, excursión perfectamente documentada. Tenemos mapas,  hemos consultado bibliografía y webgrafía, y la descripción que tenemos es de lo más detallado: Carretera hacia Rodellar, antes de llegar a Bierge, y entre el punto km 8 y 9, a la isquierda hay un aparcamiento de donde sale un camino hacia los corrales de San Juan .... A pesar de todo, nos despistamos y no vamos hacia Rodellar. Bueno, no pasa nada, al cruzar el Alcanadre nos damos cuenta y damos media vuelta.


Todo bien. Un ligero despiste desde el aparcamiento, pues sale una pista que se bifurca, y para empezar tomamos la mejor trazada, que sólo va a una casa, pero muy cerquita, así que nada, retomamos ya la buena, y tras cruzar dos cadenas, llegamos a los ruinosos corrales, que dejamos atrás. Paramos en el mirador del Alcanadre. Lo siento, pero el paisaje no cabe en la foto. El río serpentea allá abajo, enfrente paredones de piedra roja y árboles verdes, y allí, enfrente, en el límite de paredón y árboles, la ermita de San Martín (en la primera foto hay flecha roja señalando)



Yo pensando: madredelamorhermoso, que esto hay que bajarlo y luego subirlo!



A mano derecha sale uno de los caminos, el de la Faja del Ordio. Empieza suavemente y bien marcada, como para dar ánimos. Al rato, se estrecha y se vuelve resbaladiza, la roca está pulida. En un momento incluso nos parece suicida, pero vemos vemos un pequeño paso entre rocas que hay a la derecha y que evita que me de la vuelta directamente. El paisaje, espectacular.




Después el camino se hace más pendiente y zigzagueante, para al final darnos este premio:


Intentamos remontar un poco el río, a la búsqueda de unas fuentes, pero el río baja con mucha agua, y con una corriente fuerte, y no estamos preparados para tal baño. Nos conformamos con ir chapoteando río abajo, hacia la ermita. Una pareja de franceses con perro también desisten.



Nos cruzamos con un grupo. Les pregunto por dónde han venido, y me confirman que hay senda señalizada que sale de enfrente de la ermita. Seguimos aguas abajo, hay que atravesar varias veces el río. En uno de estos cruces del río pierdo mis gafas de sol.


Una corta pero empinada cuesta nos lleva hasta los pies de la ermita.



La ermita, construida "siendo rector de Rodellar Mosén Pedro Aguilar", según pone. El interior está enlucido (aunque el enlucido está deslucido), y decorado geométricamente, y con una banda que recorre los muros con una inscripción en latín: Los discípulos dijeron a S. Martín: Padre ¿Por qué nos dejas?¿Por qué nos abandonas en la desolación? Lobos rapaces van a invadir tu rebaño.




Pese a la sencillez del edificio, hay un pequeño atrio ante la puerta.



Volvemos a bajar, buscando una sombra para picniquear. La mejor la han cogido los franceses, seguimos un poco más hacia arriba. Comemos, nos refrescamos, cogemos aire. Cruzamos el puente que hay sobre la badina del Quejigo y hacia arriba por el camino de Gradones


Un camino abrupto, que va ganando altura rápidamente (mientras yo voy perdiendo aliento). Nos adelantan los franceses.


El tramo final tiene clavijas y sirgas. Llegamos arriba, agradeciendo haber hecho la excursión en este orden, no me quiero imaginar intentando bajar esa senda.

Cuando casi hemos llegado al aparcamiento nos intercepta un señor, que nos pregunta que dónde nos hemos informado para hacer esta excursión. Se lo contamos, que en l apágina oficial de turismo del somontano, entre otras, y nos cuenta que es uno de los dueños de terrenos que atraviesa la pista hasta el mirador y que no quieren que pase nadie y que han prohibido el paso. Había llamado a la Guardia Civil para denunciarnos (el aparcamiento también está en su terreno), pero entonces han llegado los franceses, les han dicho que quedábamos nosotros por llegar, nos ha considerado inofensivos y no nos ha denunciado. En fin, una cosa un poco rara, vale que no deje pasar coches ni recoger setas, ni, por supuesto cazar, pero no dejar pasar por un camino nos parece un poco exagerado.
Nos cambiamos el calzado y vamos a Bierge. No vemos ningún sitio apetecible, y recordamos haber visto un albergue al venir, cuando nos despistamos. Y efectivamente, terracita sobre el Alcanadre, sobre el Salto de Bierge, lleno de bañistas


Las Gorgas y ermita de San Julián

22 de junio de 2013

Para hoy, un paseo cortito muy cerca de Huesqueta: el barranco de las Gorgas de San Julián:


Dejamos el coche detrás del golf de Guara (qué espanto, madremía) y seguimos las indicaciones. Nos liamos un poco en un cruce, pero es que claro, al barranco se puede ir de dos maneras: remontándolo a lo seco, que es nuestro plan, o descolgándote en rápeles barranquistas, que no está a nuestro alcance (pero sí al de un grupete de barranquistas que iban detrás de nosotros y que se lian al revés que nosostros). Al final cada uno sigue su buen camino.

El Gratal a la izda, una de las muchas Peñas del Mediodía a la dcha


Y efectivamente, la excursión es sencilla (incluso nos cruzamos una familia con dos niños). Paredes vertiginosas, buitres sobrevolando, sombrita en el camino, orquídeas y otras mil flores que han aprovechado la lluviosa primavera.


Y el barranco se estrecha en las Gorgas  con paredes verticales tan juntas que parece una cueva



Ant se adentra un poco más para ver el barranco. El agua está helada.





Una de las características de las Gorgas es que hay un Belén montañero. Desde 1972 un club montañero de Huesca monta aquí un belén, y se vienen de excursión todas las navidades. Sinceramente, es un espanto. Parece basura abandonada y SanJosé tiene un aspecto calavérico.




Fresitas!



De bajada, en la margen derecha, está la ermita rupestre de San Julián, camuflada en la roca (afinad la vista, hay una flecha roja señalándola)


Aprovechando una bóveda natural en la parede de roca, sólo con hacer la fachada ya tenían edificio.


En el altar, San Julián, San Lorenzo y la Virgen del Pilar, bien acompañados


Las pareces calizas rezuman agua, y se han creado dos formaciones de estalactitas /estalagmitas de aspecto céreo ( y un tanto maltratadas por los excursionistas que se llevan trozos de recuerdo)


Vistas desde la ermita


 

Volvemos a Nueno y nos vamos a comer al restaurante vegetariano de diseño. Allí está también la familia con los niños que nos cruzamos. Comemos demasiado.