Medinaceli-Alcalá

26-29 de abril

Nuevo viaje de control a Madrid, y de nuevo aprovechando para hacer turismo

Ant sale de trabajar y nos ponemos en ruta, con parada para dormir en la vieja y bonita Medinaceli. Alojamiento en una vieja casa rehabilitada para turismo rural por una ceramista y su marido, profe de la UPM, hosteleros de fin de semana. Noche fresquita en las parameras sorianas. Nos arreglan una cena a nuestra medida en un bar agradable aunque con los peros de siempre: la tele y los clientes, en este caso ruidosos y pijos cazadores.


En Madrid, además de las acostumbradas visitas a la abuela, cafés con solera, como el Gijón, en funcionamiento desde 1888 cuando lo fundó un indiano asturiano que regresó de La Habana. Es un café con mucha historia y con muchas historias, pues ha sido durante mucho tiempo lugar de tertulias.





El otro objetivo turístico del viaje era El Escorial, en un intento de revivir juventudes pasadas y desayunar chocolate con picatostes. Nos alojamos en un hotelito muy agradable pero me llevo una decepción con el chocolate. Cuando veníamos aquí me gustaba ir al Hotel el Suizo, un viejo hotel en funcionamiento desde mediados del XIX. Pero desde hace 10 años ha cambiado de mano, ahora lo lleva un grupo hotelero que lo ha llenado con sus insignias de caza y con cartas más propias de hamburguesería. Y aunque la galería sigue siendo agradable, el chocolate me parece muy dulce y los picatostes...ahora parecen hechos con un pan de molde enorme y yo los recordaba de verdadero pan. En fin.



El lunes arreglamos los asuntillos de intendencia que había pendientes y nos da pereza volver. Decidimos quedarnos por la tarde y parar a dormir en Alcalá. Aprovechamos para comprar una colcha, volver a pasear por la ciudad y visitar la universidad y la casa de Cervantes. En la Uni me compro una camiseta. La casa de Cervantes es una reconstrucción de una casa de la época en la casa en la que se supone que nació el escritor. El sargento de Hierro no deja hacer fotos en las dependencias. Llegamos a tiempo de salir cuando se inunda de visitas: turistas y grupos escolares.




Volvemos despacito, por carreteras alcarreñas, viendo paisajes y monumentos, como el Monasterio de Lupiana. Nos acercamos hasta su puerta, pero es de propiedad privada y sólo lo enseñan un día por semana (que no es hoy). También lo puedes ver si organizas tu boda o eres invitado a una, pues es a lo que dedican ahora su hermoso claustro renacentista.


Paramos en Brihuega. Buscando una sombra para aparcar, dejamos el coche tras la torre exenta de la iglesia de S Felipe, de transición entre el románico y el gótico, dicen que la más bonita de la localidad. 


Comemos en otro decepcionante bar e intentamos llegar a un edificio curioso que se ve en lo alto, que parece una plaza de toros, pero no lo conseguimos. Resulta que es la Fábrica de Paños, uno de los ejemplos de arquitectura industrial del XVIII, donde se fabricaban telas para uniformes militares y donde vivían los trabajadores. Tiene unos jardines versallescos. En la guerra de independencia fue saqueada por los dos bandos y fué usada como cuartel. Tras la desamortización de Mendizábal fué vendida al Sr Pareja, quien se dedicó a fabricar paños también, así como su familia, hasta que otra guerra, la civil, volvió a convertirla en cuarteles. Luego ya llegaron las reparticiones de herencias y los distintos proyectos de rehabilitación. Ahora es de propiedad privada, y tampoco se puede visitar, nos quedamos en la puerta.


Comemos en otro decepcionante bar, damos más vueltas por la ciudad y ya tomamos la carretera para ir hacia la autovía, pasando entre campos de lavanda que imaginamos espectaculares dentro de unas semanas.
Volveremos por esta carretera!

Hoz de Jaca - Santa Elena

23 de abril

Festivo, lo que nunca es buena señal para ir de excursión, y nublado. Pero nos apetece tomar el aire.

Subimos a Biescas. Cafelito en el bar de los famosos.

Es buen momento para parar a ver el dolmen de Sta Elena, junto a la carretera. Tan junto a la carretera que nunca hemos encontrado el momento de para. Aparcamos junto a otros coches y damos un paseito junto al río. U nagradable y absurdo paseo. Agradable porque el bosque huele bien y a pesar de ser festivo no hay mucha gente. Absurdo porque es uno de esos paseos que han arreglado lleno de banquitos y pasarelas y actividades. Y con mucha e inútil información.




Conseguimos encontrar el dolmen, al final del camino de coches (nos despistamos siguiendo el camino adaptado). Hasta la guerra civil hubo por aquí dos dómenes, que fueron arrasados. en 1970 reconstruyeron éste y aprovecharon para hacer excavaciones arqueológicas en las que encontraron instrumentos de sílex.


Por aquí también se visitan el fuerte y la ermita de Satna Elena, pero ya que están tan cerca de la carretera, lo dejamos para otro día u otra hora sin gente. Damos otra vuelta por el bosque y los puentes


Como no parece un día agradable para picniquear nos acercamos a Biescas a picar algo. Unas ricas patatas en un agradable bar....pero con vecinos de mesa en estruendosa conversación, y a mitad, sin venir a cuento, enchufan una tele a la que nadie, ni los camareros hace caso pero que contribuye a la contaminación acústica del lugar. Convivialité.

Nos vamos hacia Hoz de Jaca, a buscar la ermita de San Pedro, o de Samper, la idea original de este paseo. Subimos hasta el pueblo sin encontrarla. Nos acercamos a un protegido mirador colgado sobre el embalse de Búbal, con la sierra Partacua enfrente.


Leyendo con cuidado las instrucciones, reconocemos el depósito de sal junto a la curva indicada y en dos pasos nos encontramos en la ermita, o en lo que queda de ella.


Que por cierto, habría sido un buen siptio para comer, perotegido, con asientos y con vistas.



Y aprovechando que volvemos pronto y que el día acompaña, paramos en Hostal de Ipiés a tomarnos un rico chocolate caliente.


Y yo, adicta a las redes ¿Cómo no me voy a hacer fan de algo que tiene esta tarjeta de presentación)


Café de Levante

22 de abril de 2014

A veces tenemos que "bajar a Zaragoza". Hablar con jefes, médicos (que ya tenemos una edad), compras, familia...

Y si podemos nos tomamos un cafelito en el Café de Levante. Nos gusta porque es bonito y porque veníamos cuando erámos jóvenes a tomarnos una horchata o una leche merengada.

Es un viejo café que ya anda por su tercer local. El primero, de 1895 estuvo junto a la puerta del Carmen, cuando todavía era una puerta de entrada a Zaragoza. El siguiente, en el Paseo Pamplona lo abrieron en 1927, cuando aislaron la Puerta del Carmen. Al poco el dueño falleció y lo pasó a regentar su pupilo a la par que yerno, que lo convirtió en un activo centro de tertulias de los intelectuales locales. La ciudad siguió cambiando, la dueña vendió el edificio y  los desahuciaron. Pero lucharon por lo que era suyo, ganaron, y con la indemnización su hijo abrió el actual local en 1976, conservando el mobiliario y los enseres del anterior. Sigue siendo de la misma familia y ya van por la cuarta generación lo que lo convierte en el más antiguo de Zaragoza,  y sigue siendo centro de reunión.

Y nos sigue gustando



Cuello de Linza

17 de abril

Ya está llegando la primavera y hemos empezado a plantar en el huerto. Pero me olvidé de programar el riego, por lo que antes de irnos a paseo pasamos por ahí. Y en el camino de Salas los campos de colza de Huesqueta se muestran esplendorosamente amarillos


Al fondo, el Salto de Roldán


Estamos en plena semanasanta, nos imaginamos cómo de llena estará la montaña, lo que nos hace decidir por los valles menos "turísticos". Iremos al Cuello de Linza, para lo que hay que ir por Ansó. Vamos por el puerto de Santa Bárbara, que es más corto. Lo que se gana en distancia se pierde en calidad de la carretera, por lo que no se ahorra mucho tiempo, pero el comienzo de la bajada del puerto ofrece esta magnífica panorámica de las montañas.










Subimos por la carreterita que va junto al río Veral, estrecha y tortuosa, también como la recuerdo de mi infancia.


Paramos a tomarnos el café en un Ansó lleno de gente y con la oficina de turismo abierta y atendida por una amable joven que nos proporciona variada información. Pasamos junto al cámping y aparcamos en el refugio de Linza. Hay coches, pero no demasiados. Sobre todo autocaravanas y  furgonetas preparadas para dormir. Principalmente vascos y navarros. No cogemos las raquetas





El camino empieza detrás del refugio, y va subiendo entre prados llenos de pequeños narcisos. Sopla vientecillo, que no es incómodo pero no facilita la labor de fotografia las flores.


Poco a poco vamos subiendo. A mitad de camino estoy malhumoradamente hambrienta (son las 2) y en un llanito cruzado por un riachuelo propongo parar, comer y seguir luego. Ant opina que es mejor seguir porque si no no llegaremos. Me conformo con picotear en marcha, y seguimos subiendo. El camino bien marcado desaparece en una ladera rocosa y empinada, pero la cruzamos bien. Y empieza a aparecer la nieve. Bajan muchos montañeros bien pertrechados (raquetas, crampones, piolet, casco...) Suponemos que vienen de la Mesa de los 3 Reyes.

Y ya nos metemos de lleno en la nieve. Hay huella bien marcada, y la vamos siguiendo. A ratos, todo es huella, se ve que ha pasado mucha gente.

Al fondo el Chamanchoya, entre los valles de Ansó y Belagua


Aprovechando algún tramo lateral sobreelevado sin nieve


Ya cerca del collado nos cruzamos con un solitario excursionista, rey de los "selfies". (Lo que va en el extremo del bastón que lleva en su mano derecha es una cámara, y va dando vueltas en redondo con ella)


Llegamos al collado. Intentamos in éxito identificar las montañas y ver las Agujas de Ansabere (que luego sabremos que no se ven desde aquí). Comemos. Empezamos a subir un poco porque da la sensación de que habrá mejores vistas, pero desistimos. Menos mal, porque el camino que seguíamos era la subida al Petrechema

La huella de la derecha es la que sube a Petrechema


Y ya bajamos





Al llegar al coche nos tenemos que cambiar, tanto chapotear en nieve...

Y volvemos tranquilamente por donde hemos venido. Entre Berdún y Puente la Reina mucho tráfico de vascos y Navarros. ¡Cómo va a estar el Piri este puente!

De nuevo las vistas desde Santa Bárbara, con el sol del atardecer.



 









Barrosa

16 de abril de 2014

Hacia  Barrosa, uno de esos paseos fáciles que terminan en un bonito circo:


Pasamos junto al desahuciado Jánovas, a ver si lo devuelven ya



Siguiendo las indicaciones de nuestra guía aparcamos junto al Hospital de Parzán. Son unas indicaciones curiosas que señalan que justo antes de una curva.... Lo malo de este tipo de indicación es que cómo sabes que estás antes de la curva...Afortunadamente vamos despacito, la curva se intuye y unos coches aparcados junto a la carretera nos hacen pensar que ya estamos. Y sí.

El camino, una pista ancha, va subiendo. Pasamos junto a los restos de las instalaciones mineras. Por allí arriba, a más de 2400 metros de altura hay minas (Mina Luisa, Mina Robert..). Se sabe que ya en 1191 Alfonso II de aragón autorizó la explotación de minas por aquí, pero no es hasta mediados del XVI que se puede hablar de gran industria minera, que se desarrolla a lo grande a mediados del XIX, impulsada por empresarios franceses que se llevaban el mineral a prcesar a Francia. Al principio con la fuerza de burros y hombres, y luego ya construyeron los cables, Cable Luisa para bajar el mineral hasta la zona del Hospital y el Transpirenaico para llevarlo hasta la zona de Moudang, en Francia.

Seguimos subiendo. Paramos un poco para intentar que una pareja que llevamos delante coja ventaja, pero no hay manera, se paran más que nosotros y les alcanzamos todo el rato. Al final les adelantamos y listo.

Panorámica de (casi) 360º del circo y el valle


Conforme vamos subiendo empiezan a aparecer placas de nieve, para al final ya estar casi todo cubierto de nieve blandita (Ant se hunde una vez) y que va deshelando.


Ya cerca del circo hay una zona de grandes piedras, refugio perfecto para las marmotas. Nos topamos con una a nuestros pies, que se da un susto de muerte la pobrecilla y se mete zumbando en su guarida.


Llegamos al circo. El de Troumouse está justo al otro lado. Tan cerca y tan lejos.


Pasamos junto al refugio, parapetado tras una roca que lo debe proteger bien de los aludes.


Subimos un poquito más para pararnos a comer con vistas también al Cul de Barrosa. Hay una cascadita que cae ahí en medio


Tenemos enfrente el Robiñera, y paredes con cascaas y crestas con aleros de nieve



Sesteamos.

En la bajada me entretengo con las florecillas que avisan de la primavera


Ruinas junto al camino

Y a Bielsa a tomar un reconfortante cafelito