Rioseta

29 de mayo de 2014

El tiempo de este mes de mayo no está dando muchas alegrías, pero aún así seguimos subiendo a las montañas









Somport

27 de mayo de 2014

Nos acercamos a oxigenarnos a las montañas a pesar de las predicciones en contra de este puñetero mes de mayo. Cafelito en Villanúa pueblo, en un bar con una fot estupenda que ocupa tda la pared y en la que se ve el macizo de Collarada y el Aspe. Nadie del bar es capaz de decirnos desde dónde está tomada. Investigaremos.

Subimos a Somport. No hay paseo, pero  aunque las nubes no nos dejan ver el cielo no nos impiden ver montañas.

La Zapatilla


Vista justo desde la fontera


Comemos en el albergue de Aysa


Y volvemos bajando el puerto y cruzando el túnel.


Ibón del Escalar o de las Ranas

15 de mayo de 2014

Esperamos respuesta de Borau, y mientras seguimos nuestro plan W-E: Valle del Aragón. Y ya puestos, empezaremos desde arriba. Vamos a Astún para subir al ibón del Escalar o de las ranas.

Rioseta


Dejamos el coche en la estación de Astún y comenzamos a subir suavemente por una pista bien marcada que pasa por debajo de un remonte, gira y sube por el barranco del Escalar. Aquí abajo los prados están llenos de narcisos.


Un poco más arriba los prados están cubiertos de nieve. La cuesta, sin ser una exageración, es continual, la nieve está sorprendentemente dura y cuesta caminar a gusto sobre ella. Y estamos flojos. Total que llegamos al final de las lacas de nieve cansados, por lo que aprovechamos para parar, reponer fuerzas, darnos pena a la par que risa, y seguir, que estamos al lado del Ibón.

Y nos tumbamos tan ricamente


Damos unas vueltas por las charquetas que hay ya desheladas, porque por algo se llamará el ibón de las ranas. Y ranas no vemos, sólo llegamos a oir cómo se zambullen, pero futuras ranas, a montones.




Las pilas de la cámara se acaban, pero no hay problema, pues en mi superfunda llevo pilas de repuesto. Pero sí hay problema, pues las pilas de repuesto están tan agotadas como las otras.

Cuando ya estoy jurando en arameo para mi interior y pensando en dónde robaré fotos para mi blog sin lectores, recuerdo que llevo superteléfono con cámara, que salvará el final de la excursión del plagio.

De aquí sale un camino prácticamente horizontal que va a dar al ibon de Astún (o de las Truchas), y como ya se nos ha pasado el cansancio decidimos ir por allí. La vista es estupenda al principio del camino, con Candanchú enfrente (tortiellas, tobazo, Aspe, Zapatilla....)



Pero la pista transcurre por una ladera muy empinada y con alguna placa de nieve dura extensa. Yo me imagino resbalando cuesta a bajo y me niego a seguir. Y encima pierdo mi gorra cuesta abajo.


Lo bueno de haber subido este repechito es que la ista del ibón es aún mejor. Queda gracioso cómo se va deshelando, formando un río con meandros en el centro.


La bajada, ejem, patética. La maldita placa de nieve me supera. esa medialadera con pendiente y mi equilibrio no se llevan bien. Pero al final se soluciona "trineando" sobre la mochila, y hacemos unas buenas risas. Mi estilo de ir sobre la mochila no es muy fino y acabo con los pantalones empapados, pero no hay problema, estamos ya cerca del coche.

Nos cruzamos con unos chicos que pasean cinco hermosos, grandes y apacibles perros, cuatro de ellos mastines rescatados.

Y en el Refugio de Aysa, estratégicamente situado en la carretera, nos tomamos un reconfortante café con unas buenas vistas.


Estamos en el punto más alto del Camino de Santigao, El Somport. De aquí a Santiago, todo es cuesta abajo....




Termas Pallarés

10-11 de mayo de 2014


Por motivos médicos adelantamos nuestro viajecillo mensual a Madrid.

Dormimos en Villa P, desalojando a Migue, que se había peleado con una puerta aunque no hubo derramamiento de sangre. El gran ASF nos habló de las aplicaciones informáticas del futuro. Pocas veces tendrá un público tan entregado y tan incopetente. C&A tan majos como siempre.

No conseguimos horchata para la madre. Yo conseguí vermú de grifo en una taberna  histórica de Prospe, Casa Emilio, que parece algo venido a menos. La dueña muy simpática. Ahora sólo tenían abierta la zona de la barra pero parece que por dentro hay comedores y salas de tertulia. Me parecieron no utilizadas, de ahí lo de venido a menos, aunque igual cobra vida a otras horas. A este bar venía Celaya, entre otros.


Y de vuelta, cómo no, la gran pereza. y un balneario tentándonos. Paramos en Alhama, en Termas Pallarés. Hotel reformado lujosamente, hay otro más modesto y lleno de insersos, que tienen otro comedor y para compensar salón para jugar al bingo (cantaron línea justo cuando lo visitamos). También hay otro más lujoso, pero parece cerrado por el momento. Cena informal en la cafetería que han abierto en lo que fué un casino donde algún cliente perdió grandes cantidades.



Paseo nocturno por los alrededores del lago termal. Asustamos a un erizo.


Desayuno en el comedor señorial.



Cicuito de aguas dentro de la oferta, pero hace fresquete y no nos animamos a bañarnos en el lago, aunque sabemos que vendremos cuando el tiempo acompañe más.


Osia, Ena, Centenero

8 de mayo de 2014

Y de acuerdo con nuestro proyecto, hoy tocaba el Valle de Borau. Admás habíamos visto que hay una pista que sube hasta el refugio de López Huici, y aunque desde el valle de Aísa se veía la Madalena con nieve, pensamos que podríamos subir un buen trecho en coche y luego raquetear para asomarnos a ver el macizo del Aspe deste otro ángulo. pero no, pues la pista tiene verja y es sólo para vehículos autorizados. Y como es muy larga (18 km) y estamos un poco flojos no nos animamos a ir a pie, y nos damos la vuelta.

Paseamos un poco por Borau, y nos acercamos al ayuntamiento para enterarnos de si es posible conseguir permiso. Está cerrado, pero un vecino nos dice que sí, que basta con pedirle permiso al alcalde. Anotamos la dirección y el teléfono para otro día.


¡Nos hemos quedado sin plan! bajamos a Jaca, y nos comemos una hamburguesa vegetal en el Pilgrim, que nos gusta por el detalle de la hamburguesa y por las vistas a la ciudadela y a Collarada. Estamos rodeados de franceses, es festivo allí.

No, estas no son las vistas del bar, pero es que el edificio de la izquierda fué mi primera casa.


Ya visto que no vamos a caminar, buscamos una ruta en coche, sin dar mucha vuelta. Me apetece ir a Osia, que no la conocemos. Vamos.

A pesar de que pertenece al término municipal de Jaca, y a pesar de que está a menos de 30 kilómetos, tardaremos unos tres cuartos de hora en llegar, a golpe de curva, por la estrecha carretera que rodea Oroel. El pueblo conserva el encanto característico del olvido. Casas y calles de piedra, tejados de losas, chimeneras como siempre. Sus actuales 19 habitantes censados suponen toda una recuperación demográfica para una localidad que casi cayó en el abandono y ahora se dedican, además de la agricultura, al turismo rural. Se en juguetes infantiles en la calle.





Siguiente parada en Ena, otro pueblo casi olvidado, por lo menos olvidado de la ley de memoria histórica.




Entramos también en Centenero, también de casas de piedra sin altas calidades y calles estrechas donde es difícil dejar el coche sin que moleste, aunque no haya mucha gente a quien molestar.
Hay una ruta de ermitas con vistas a la cara sur de San Juan de la Peña que vendremos a hacer en otra ocasión



Cuzamos el embalse de La Peña y paramos a tomar uncaafé en nuestro hotel con vistas a Riglos, donde nos aturden con la radio a todo meter.

Valle de Aísa

7 de mayo de 2014


Seguimos con el plan. Siguiente valle, el de Aísa, donde además del espectacular macizo del Aspe hay ibón y dolmen.

De Aísa se sube por carretera asfaltada remontando junto al río Estarrún hasta la Cleta donde se deja el coche frente a una verja. Sólo pueden atravesarla vehículos autorizados.


El día está nubladete, pero algún claro nos deja ya ver las cumbres.



Tras la verja viene una corta pero empinada rampa hormigonada que va a dar enseguida a las proximidades del refugio de Saleras, donde el barranco de Igüer cae en forma de cascadas con pozas que con buen tiempo invitarán al baño. El barranco de Igüer se junta con el de Rigüelo y Madalena un poco más abajo pra formar el Estarrún.


Seguimos por la margen derecha del río. Por error vamos demasiado cerca del agua, con lo que nos encontramos algúnpaso un poco comprometido, pero salvable a pesar de mí, y que tiene como premio otra bonita cascada envuelta en rocas.


A partir de aquí el camino es durante un buen rato un llano prado lleno de flores y meandros, la plana de Napazal, bonito valle glaciar con la Punta de Napazal, el Ruabe de Napazal y el Bernera al fondo. Por nuestra izquierda va cayendo el agua de la sierra de la Estiva en forma de cascadillas altas y estrechas que forman riachuelos fácilmente saltables en el prado.



A pesar de las grandes montañas que rodean la cabecera del valle, lo que nos llama la atención es una gran pared rocosa, la Pedraza, con una gran grieta y un pequeño refugio de piedra.





Hay que llegar casi hasta el paredón, cruzar el Igüer que aquí es apenas un arroyete y girar casi en redondo para subir la rampa de la derecha hasta llegar a un camino, el GR 11.1 y seguirlo hacia la izquierda. A medio camino entre el valle y el Gr nos cruzamos con otro andarín que en lugar de bastón como yo, lleva paragüas y es el entendido de un grupo de cuatro, los otros tres han dedicado un rato a ir y venir por el camino. Cruzamos unas frase sobre el tiempo y el paisaje (qué bonito todo y qué bien que haya nubes para no asfixiarnos) y seguimos hacia arriba. Atravesamos una cascadita y empiezan a aparecer las nieves. Al cruzar la mancha de nieve se sale del barranco y se ensancha el horizonte, y al fondo, como si estuvieran en la playa, vemos unos sarrios





Estamos encima de la pared rocosa. Buscamos y encontramos el dolmen, hay que ir un poco hacia atrás porque con la emoción de los sarrios no hemos seguido el camino.


Es un buen sitio para comer. Enfrente el collado del Bozo sobre el Ibón de Izagra.


A un lado otra gran familia de sarrios que cuando nos ven no saben si huuir o no. Se van pero sin mucha prisa.


Detrás tenemos el dolmen, y en un momento dado oímos un ruido y al volvernos vemos una animalillo moviéndose rápido, creemos que una marmota vive allí.

Volvemos por el camino, que pasa junto al refugio de Cubilar. Junto a la cascada surge una fuente, la Fuen d'o Cubilar donde recargamos las cantimploras.


Ahora se supone que hay que seguir el GR hasta que se cruce con el camino que baja del Aspe para llegar al refugio de Saleras. Pero en la ladera se ven varios caminos (es por donde daban vueltas los de antes), y por si los líos tiramos hacia abajo, hacia la pradera.

Y tenemos la suerte de que el día se va despejando, permitiéndonos ver todas las montañas que reodean este valle.







Estamos en la otra margen del Igüer, hay que cruzarlo para ir al camino. Y aquí no es el arroyuelo de arriba. Ant se descalza y yo, que se que llegaré al coche en apenas un cuarto de hora, cruzo a las bravas con las botas.

De camino de vuelta paramos en Aisa a tomar algo. Damos una vuelta primero buscando bar para acabar en un bar en el que ya habíamos estado, y en el que está el grupo de antes reponiendo fuerzas. Se quedaron donde la cascada, pues su guía consideró una imprudencia cruzar la mancha de nieve sin saber lo que había debajo.