Nos levantamos muy tarde, pero como el día no está malo nos animamos a salir de casa. ¿Y si nos acercamos al Vero, que hace mucho que no estamos? Venga!
Ya puestos a que vamos tarde y perezosos, paramos a la salida de Huesqueta a fotografiar el Salto de Roldán y el Castillo de Montearagón.
Bajamos al Vero por la senda del camino de las pasarelas. Comemos protegidos por la sombra de la cueva que hay justo abajo, viendo pasar barranquistas y bañistas varios.
En la plaza saludamos a la nueva nidada de golondrinas y nos tomamos un café en el bar del francés con vistas al barranco.
Volvemos por la carretera del interior, desviándonos para entrar en San Román, y a casa
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