A ver si retomamos un poco en serio lo de andar, que llevamos un mes muy apoltronados. Subir a ver unos ibones puede ser estimulante, aunque la cuesta inicial sea un poco dura para mi absurdo nivel.
Curva a curva el camino va cogiendo altura remontando el final del barranco de Argualas, afortunadamente entre árboles.
Al salir del bosque hay que ir hacia izquierda, el camino de la derecha lleva a la ascensión al Garmo, absolutamente fuera de mis posibilidades.
Y chinochano, pasando junto a cascaditas, praderas y rododendros en flor llegamos a nuestros ibones
Argualas, Garmo Negro, Arnales, Infiernos
La verdad es que es un sitio precioso, con unas vistas estupendas.
En la bajada paramos en una fuente que hay en un templete no muy bien conservado
Y en la cascada final presenciamos otro de esos reportajes de bodas que tanto me gustan
No hay comentarios:
Publicar un comentario