Chinochano: Chemin de la Mâture

3 de junio de 2014

Hace mucho tiempo, en una era muy lejana, Luisito nos llevó de excursión al chemin de la Mâture. Sólo recordamos que merendamos cobijados por una gran pared de piedra.
Es un paseo corto, sin dificultad aparente, adecuado a nuestro bajo estado de forma actual.

Cruzamos el túnel de Somport, atravesamos Urdos, dejamos el fuerte del Portalet a nuestra derecha(sí, no confundir con el paso fronterizo del mismo nombre), y para coger el camino que se ve dibujado enfrente del fuerte llegamos hasta el siguiente cruce a la derecha.

Dejamos el coche a la sombra, cerca de grages muy francesas, y emprendemos el camino, como si estuviésemos en nuestra casa!

El primer tramo transcurre paralelo a la Gave d'Aspe, sombreado, con suave pendiente

Al dejar la zona boscosa el camino de tierra se hace de piedra, giramos para seguir paralelos al barranco de Sescoué. Este barranco forma, un poco más arriba, una garganta de 200m, les Gorges de l'enfer.

Y es sólo que el camino sea de piedra, es que está tallado en la misma roca del acantilado. Casí un kilómetro de excavación de uncamino de 4 metros de ancho por 4 de alto.

Luis XIV, (L'État c'était lui) decidió tener una gran Marina de guerra. Como los árboles del Pirineo eran de gran calidad por su lento crecimiento, se dedicaron a cortar todo lo que se les ponía por delante al ritmo de sus guerras con ingleses y holandeses. Se lo fueron cargando todo sistemáticamente, y tuvieron que meterse en bosques más profundos cada vez. Aquí, para poder sacarlos, tuvieron que excavar este camino en la roca. Los ingenieros se ponían enfrente, trazaban la línea, y a picar. Los trabajadores tenían que colgarse de cuerdas para picar agujeros donde meter los barrenos. Consiguieron un camino adecuado para que un tiro de bueyes acarrease los troncos que cortaban más arriba. Dada la pendiente los convoyes llevaban dos tiros de bueyes, uno delante con un par para guiar y otro detrás con 7 u 8 parejas para retener . Ya en la Gave, los troncos iban aguas abajo hasta el Atlántico.

Terminamos el paseo en las Granges Perry, entre prados con hierba que nos llega a la cintura. Al final la subida ha sido de unos 450 metros, más de lo que me esperaba.