San Martin de la Val d'Onsera

6 de junio de 2013

La primavera de este año se ha caracterizado por no existir. Chubascos, frío, más chubascos, el trabajo, los achaques...en resumen, casi sin paseos reseñables.

Por fín, el día 6 se hizo la luz. Mochila, Opinel, agua, picnic, protección solar, gorras, mapas, coche y carretera directos a la Sierra de Guara

Bueeeno, no tan deprisa, que nosotras también queremos pasear!


Queremos llegar a la ermita de San Martín de la Val d'Onsera, en el fondo de un barranco en Guara, y debajo de la única nube que hay en google maps:

Salimos de Huesqueta hacia San Julián de Banzo,  pista a la derecha y dejamos el coche en un aparcamiento preparado con paneles informativos sobre el paseo. Leemos.



Seguimos las indicaciones (cachis, el paseo empieza cuesta abajo, lo que significa que terminará cuesta arriba). Camino bien macado, cruza un barranco y discurre a ratos por él. Es un barranco seco y bastante umbrío. Se agradece la sombra fresquita, aunque la pena es que claro, no hay vistas. Poco a poco lo vamos remontando suavemente hasta llegar a la fuente del cierzo, donde nos reciben ya peñascos de impresionar. Bebemos


El agua surge limpia debajo de una piedra



A patir de aquí el camino empieza a subir un poco más en serio, entre encinas, hasta llegar a un cruce con una placa de recuerdo a un joven que murió de desgracia aquí hace casi doscientos años,


y en el que se ofrecen dos posibilidades. Elegimos ir por la Viñeta, claro.


escaleras talladas en la roca, barandillas, sirgas.....Trepamos







Llegamos al collado de San Salvador. Magníficas vistas y una peña al lado. Mientras yo espero tranquilamente, Ant trepa.


Éstas son las vistas que yo me he perdido. Huesqueta abajo a la dcha.



Mientras tanto, me repantingo tan tranquilamente y me dedico a ver  buitres




El Barranco de la Val D'Onsera. Ahora se supone que tendremos que bajar de alguna manera, para luego remontarlo un poco y llegar a la ermita. ¿La manera de bajarlo? ladera de roca con sirga a la que agarrarse como si te la quisieras tatuar en la mano. No hay fotos.


 Parece ser que el nombre del barranco viene de los osos que por aquí vivían. O de la leyenda de un gigante (Hombre grandizo) que por aquí se paseaba con un oso. O...


Y al final, el premio!


S. Martín es un edificio visigótico construido debajo de una roca, junto a una cascada. La eyenda quiere que fuera San Urbez, natural de Burdeos quién lo fundó allá por el año 750. (Santo que parece ser que está sin canonizar oficialmente, por cierto)
 Hasta aquí peregrinaban reyes y nobles de Aragón para pedir descendencia masculina, como Pedro IV o el Conde de Ribagorza, que se vino con su señora esposa andando con los pies desnudos desde Pedrola ¡!


Primero fué monasterio de frailes, luego de monjas, al final sólo algún ermitaño vivía por aquí, y durante la guerra incivil fué saqueado. Ahora es lugar de descanso de un grupo de cabras a las que asustamos con nuestra llegada, aunque no demasiado.


Detrás del monasterio hay una cascada que cae desde más de 10 metros, refrescante.


Esta campana la repusieron en 2005. ¿Cómo la traerían? También hemos leído que hay una peregrinación hasta aquí los últimos vienes de mayo. No parece un camino muy de fiesta popular....



Por no peturbar más a las cabras, bajamos un poco, y a orillas del barranco, del agua de la cascada, en una sombra fresquita y floreada, comemos



Subimos de nuevo hasta el collado. Resoplo más pero padezco menos. Del collado tomamos el sendero de los Burros: Sube todavía un poco más, suavecito, para luego empezar a bajar con buena pendiente  y buenas vistas.
Aprovecho para resbalarme en la parte más inofensiva del camino: culada ligera, absurda moradura en el dedo meñique, y amorpropio castigado.


La vuelta desde la fuente se me hace un poco pesada, la verdad. Aunque aprovecho para disfrutar de los verdes de las laderas cuando se dejan ver.


Y de nuevo al coche. Conduce Ant. Hago el tonto un poco más con la cámara. El cielo ya está lleno de nubes.


Nos desviamos para visitar Chibluco, donde vive un perrete de lo más simpático y buenazo


Nos despistamos en Barluenga y tomamos la carretera que va hacia el embalse de Montearagón. Tampoco es mal error.

Nos vamos a tomar una merecida cañita a la terraza del bar del palacio de congresos, que tiene vistas hacia la sierra. Se levanta un hipohuracanado viento que hace que casi nos comamos la única sombrilla que había. A casita, que la primavera se ha acabado por hoy.

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