Crestas de Balcés

30 de septiembre de 2013


Excursión con promesa de grandes vistas (y amenaza de grandes cuestas): Subir a las crestas de Balcés desde Rodellar.


Tras el cafelito de rigor, vendaje funcional de mi tobillo que está un poco perjudicado, y a seguir las incicaciones de nuestra guía.
Tomamos el camino que sale junto al cámping que hay en el pueblo, un camino entre muros de piedra, vieja ruta de pastores recuperada ahora para los excursionistas.


Al poco la cosa ya se empieza a poner cuesta arriba. Enfrente, El llano de Labartas, entre los cañones de Mascún y Barrasil


Y subimos. Los buitres nos sobrevuelan cerca una vez más, y aparcan en huecos de la roca.


Y seguimos subiendo. Hacemos una breve paradita, antes de que se me salga el corazón por la boca. Pasamos junto a un manantial (Estiviacha), ya cerca de la cresta. Al final lo que he perdido en aliento lo he ganado en vistas. Llegamos a un colladete que se asoma al barranco de Balcés, con la sierra de Sevil enfrente



Qué mejor sitio para un picnic!


Justo antes de llegar a collado, el camino de las crestas marcaba que hacia la izquierda se llegaría a la ermita de Sta Marina ( la que no llegamos el otro día desde Bagüeste). Nuestro paseo v hora por este camino.


Tras un breve llaneo por el prado de arriba, volvemos a cruzar a la vertiente del barranco por el collado de Balcés. El camino baja suavemente, y luego va por la base de una pared de roca caliz impresionante (en la foto, la de la derecha).


Remontamos un poco hacia el collado de S. Martín, y dejamos ya el barranco de Balcés.


Otra praderita  de altura, bojes, erizones. El camino de la izquierda nos llevará a Rodellar de nuevo, pero las indicaciones de Sta Marina siguen tentando a Ant, que mientras yo empiezo a bajar pasito a pasito, se cerca a nuevos collados.


Bajada de las que me "gustan": Buena pendiente y pedrera Afortunadamente llevo mi bastón de apoyo


Bajamos y bajamos, cruzamos el barranco, seguimos bajando.

Hay muchas piedras con agujero en medio algunas se han aprovechado para convertir este árbol muerto en una escultura


Por fin la cosa se suaviza. El camino vuelve a humanizarse Cruzamos Cheto y ya enseguida estamos en Rodalquilar


Estoy verdaderamente cansada, pensando que esta subidita no era de mi nivel, aunque Ant, con razón, dice que si lo he hecho será que lo era. Pero en el momento de llegar a nuestro bar creo que no voy a poder ni conducir Ant se toma una cerveza sin alcohol por si acaso, pero luego ya me recupero. Las bondades de una equilibrada combinación de asiento, sombra, calma y bebida!

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