Bolea- Ermita de San Cristóbal

16 de julio de 2013

Día nubladete, con lluvias recientes y amenazas de más. Pero n nos vamos a quedar en casa, hay que aprovechar. Algo cortito, que no tenga riesgos. Como acercarnos a la ermita rupestre de S. Cristóbal, cerca de Bolea, e la Sierra Caballera.
Cruzamos Bolea, dejamos el coche en la ermita de Santa Quiteria, que el otro día ya vimos que no se podía seguir en coche bien por este camino.


El camino va suavemente junto al río Sotón (el que da nombre a la Sotonera). Laderas verdes, llenas de arbustos, con torretas de roca roja que sobresalen y desde donde otean aves.

Nos cruzamos con una familia (padre, niño, niña y dos perretes) descansando en una repisa. Y con nadie más- Parece que las nubes han desanimado a las masas.


El vallecillo se va estrechando y el río queda un poco abajo, abarrancado, dando vueltas y formando apetecibles y pequeñas piscinetas, que parecen bañeras.

Y la gran roca en láminas donde se oculta la ermita de San Cristóbal. Aquí se cruza el río para subir a la ermita



Tras una cuestilla resbalosa en tierra (por la que se podría llegar a la pista a la que fuimos a la virgen de la Peña), unas escaleras en la pared.


Y la ermita, apenas un muro construido, aprovechando el saliente de una gran roca.


En el interior hay una iglesia, con restos de un fresco (se cree que es un ángel, pintado en los S XIII-XIV y enmarcado con yeso en el XVIII)


Restos del altar.


A los lados de la iglesia hay más dependencias (sacristía, celdas...). Y unas vistas magníficas.



La mañana se ha despejado un poco, y los colores se hacen más brillantes


Y de vuelta en Santa Quiteria, un edificio sencillo y alargado del que ya se tienen referencias en el S XVIII. La ermita es una pequeña parte, puesto que aquí lo principal son la cocina, despensa y comedor, pues se trata de hacer una gran comilona de la cofradía a base de sopa de arroz, pepitoria, garbanzos y carne estofada allá por el mes de mayo. Nosotros comemos más modestamente, a la sombra de una gran carrasca.


A lfinal nos han caído cuatro gotas mal contadas, y el cielo sigue despejándose. Un poco tarde para otro paseo, daremos una vuelta en coche. Nos vamos a tomar un cafelito al hotel con vistas de Murillo del Gállego, y de camino de vuelta, así, sin pensarlo mucho, nos desviamos por la carretera hacia Sarsamarcuello, de donde sale una pista que sube a las ruinas de un castillo que veíamos desde el bar


Primero nos encontramos con la ermita de san Miguel, del S XII y de la que sólo queda un trozo de la nave y un ábside.


Y un poco más adelante, los restos de la torre del castillo (apenas una pared plantando cara al viento), y la igesia de la Virgen de Marcuello





Y siguiendo la pista, con riesgo de meternos en alún bache, llegamos al mirador de los buitres,con magníficas vistas sobre Riglos. Y vemos volar buitres, por supuesto


De vuelta paramos en Bolea a comprar una caja de cerezas (de las últimas de la temporada). Y una cervecita en Huesqueta.

Y por la noche llueve.

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