Ibón de Estanés con raquetas (desde Sansanet)

7 de marzo de 2014

Tras una semanita atroz de curro tenemos por delante unos días libres y un anticiclón potente que habrá que aprovechar.

Hay una subida a un ibón, el de Estanés (Estaens para los franceses), que a Ant le hace ilusión desde hace tiempo y que aparece como sencilla para raquetear.

Madrugamos (o así), equipos al coche y hacia el norte. Cafelito en Canfranc estación y seguimos hacia el puerto (col) de Somport. Sorpresa desagradabel: los franceses tienen cortada la carretera. Así como muchos de sus puertos secundarios los suelen cortar para no tener que mantener las carreteras, este corte nos parece más bien económico estratégico: lo cortan justo donde sus pistas de esquí de fondo, de manera que se puede llegar a esquiar aquí desde los dos lados, pero no se les escapan los franceses hasta Espagne. Enfin.

Nos vamos por el túnel, que tampoco es tanta vuelta. dejamos el coche en Sansanet, junto a la carretra pues el aparcamiento está bajo la nieve. Raquetas a la mochila y en marcha.


El primer tramo discurre dentro de un hayedo que habrá que visitar en otras estaciones (me gustan los hayedos en otoño).




Nos cruzamos con esquiadores y raquetistas. Unos raquetistas nos informan de que ya hemos hecho lo más duro, pues en cuanto lleguemos a la muga el camino ya es más llano y está más pisado. Después de eso nuestro informante se pega un morrón y parte una raqueta ¿será de fiar?




No nos enteramos de cuándo cruzamos la muga, pero lo que está claro es que el camino no está claro. Hay muchas marcas de gente que ha pasado, y no vemos indicaciones de por donde se va al Ibón. Seguimos más o menos por donde creemos que es, Ant se adelanta y sube una colina para comprobar que no es por ahí y ya retomamos el buen camino. Nos cruzamos con unos raquetistas franceses que nos confirman que vamos bien y que ya hemos pasado lo más duro. Me suena esta información.






Llegamos al ibón. Esta cubierto de nieve, por lo que no se distingue facilmente. (Piedrafita, helado, resultó más espectacular). Pero hace un día tan bonito, las montañas están espléndidas. Comemos arropados por nuestras nuevas prendas de abrigo.




Y fotografiamos la funda del buen Samitier obsequio de las bodegas. Va por ustedes!


Al final hemos llegado sin las raquetas, pues la nieve estaba muy bien. Yo me he caído alguna vez (despues del 4º "resbalón" ya los he dejado de contar), pero para volver nos las calzamos. Regresamos subiendo por la Mujer muerta, y por la cresta. Me gusta cuando Ant me hace fotos que parece que estoy subiendo ochomiles (He de confesar que he sudado y protestado como si lo hubiera subido)




Llegamos al final de la cresta a una zona corta pero de mucha pendiente. antes que bajarla muerta de miedo y caerme elijo la opción tobogán, que por lo menos hacemos unas risas.


Dejando huella.


y justo un poco antes de retomar el camino por el que hemos subido, el premio especial del día. ¡Vemos dos sarrios!. Saltando en la nieve y mirándonos con prevención. Esto es todo lo que conseguimos con la lumix, y nos llevará a pensar si no merecería la pensa pasear con una cámara de verdad....





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